domingo, 4 de octubre de 2009

Adoctrinamientos de FalsiMedia - Las Torturas en el Cine

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"Habitaban la mayor parte del tiempo en los límites de las florestas, de donde salían a veces para cazar o cabalgar y correr por los espacios abiertos a la luz de la luna o de los astros; y luego de la llegada de los Hombres, se aficionaron más y más al crepúsculo y a la noche. Sin embargo, eran y siguen siendo elfos, y esto significa Buena Gente."
"- Pero, en definitiva, ¿qué asunto os trajo al bosque? - preguntó el rey, enojado.
Thorin cerró entonces la boca y no dijo nada más.
- ¡Muy bien! - exclamó el rey. - Que se lo lleven y lo pongan a buen recaudo hasta que tenga ganas de decir la verdad, aunque tarde cien años.
Entonces los elfos lo ataron con correas y lo encerraron en una de las cuevas más interiores, de sólidas puertas de madera, y lo dejaron allí. Le dieron buena comida y bebida en abundancia, pues los elfos no eran trasgos, y se comportaban de modo razonable con los enemigos que capturaban, aún con los peores."
[El Hobbit - J.R.R. Tolkien]


El otro día vamos mi buen amigo Gumersindo Amador y yo en el coche escuchando la radio. Bueno, yo más bien oyendo, pero hubo algo que llamó mi atención. Verán ustedes, Gumersindo tiene predilección por esos programas que se basan en hacerles perrerías varias a la gente. A gente inocente que no parece tener la culpa de nada, pero eso para él es secundario.
Y esta vez la broma es telefónica. Los guasones se hacen pasar por guardias civiles y llaman al teléfono móvil de un incauto, que precisamente iba también en su coche, y con voz dura le convencen de que me le van a enjaular al hombre como se pase un pelo (cito de memoria):

- Si usted lleva en el coche CDs piratas - dice el guardia civil amenazante. Que tiene narices que llamen "pirata" a un disco de música, pero esa es otra. - le puede a usted caer una multa muy gorda. Y responda con más respeto a un oficial de la Guardia Civil.
- Sí, señor. - dice el asustado muchacho al otro lado del teléfono, porque ni siquiera ve al supuesto oficial de la guardia civil, claro.
- Y como tengamos que ir para allá se va usted a acordar de este día. - añade el benemérito.
- Sí, señor.
- Que usted sabe que la Guardia Civil, cuando tiene que dar, da.
- Sí, señor, sí.

Gumersindo se ríe bastante con estas cosas. Y tengo que confesar que yo, cuando escuché cómo posteriormente lo hacían al pobre inocente parar el coche, gritar vivas a la Guardia Civil, comprobar el aceite del vehículo y hasta rezar el padre nuestro, todo ello por teléfono, pues también me sonreí. Bueno, todos tenemos algo de malicia dentro, ¿no?

- Anda que es mentira, eso de que la Guardia Civil «da». - me dice Gumersindo acabado el programa.

En realidad no es más que la clásica exageración andaluza. Conozco a varios guardias civiles y son personas humanas, no animales. Soy consciente de que los casos de abusos de poder a detenidos (esto es, torturas, por llamarlo por su nombre) son los menos, por mucho que poco o nada haga la Justicia española para frenarlos.
 Pero esto de la difusión a través de FalsiMedia de este tema me está, ultimamente, poniendo la mosca tras la oreja, como habrán podido ver mis sufridos lectores. Así que me paro a pensar en dos ejemplos del cine reciente.

El primero corresponde a la película «Quantum of Solace» (hoy mejor no voy a decir nada de la traducción del título) del tal James Bond 007 ese, personaje que se ha vuelto más brutal que en las elegantes y refinadas películas de la saga de antaño. Se ve que ahora, con cómo está el mundo, se necesita «dar» más que antes. En los calabozos, la jefa del MI6 (espionaje británico), le dice a un detenido algo parecido a:

- Cuanto más tarde en hablar más le dolerá.

Así, a pulmón, con la misma cara de quien dice: «De postre tenemos fruta del tiempo, tarta de manzana y tocino de cielo». Y ya está, que somos los buenos, pero «cuando tenemos que dar», pues damos, mire usted.

El segundo ejemplo de filmografía reciente lo tenemos en la película "Los 4 Fantásticos y Silver Surfer", una adaptación de los comics de la productora Marvel. Resulta que los 4 Fantásticos capturan al tal Silver Surfer y lo entregan al ejército (de los Estados Unidos, claro, los otros no son de fiar), que se lo lleva y lo tortura para sacarle información. Esta vez nos muestran las torturas y todo, que, por cierto, las hace un ex-soldado ruso; que los USA serán malillos, pero un poco nada más, y sólo «cuando tienen que dar». Eso sí, antaño en el cine, de torturas por parte de los gringos, ni mu, que eso no pasaba nunca, que todo el mundo lo sabe, salvo cuatro maoístas chiflados que vociferan con banderas rojas y no se enteran de nada.
 Esta vez lo rescatan los Cuatro Fantásticos esos (de su propio ejército, jia, jia, ya tiene guasa la cosa, ¿se dará cuenta el estadounidense promedio de contradicciones como estas, o estará demasiado ocupado buscando comida en el país más rico del mundo como para ir al cine?). Pero cualquiera que se pare un poco a mirar por encima del bosque puede darse cuenta por sí mismo de cómo el cine es, para los poderosos del mundo, un importantísimo sistema de adoctrinamiento y control de masas (esto es, de nosotros, las hormigas). Por ejemplo, después de ver la contemporánea a la última guerra de Irak "StarShip Troopers", incluso a mí me dieron ganas de apuntarme al ejército USA, y eso que no me es posible. Y que había que «llevar la guerra fuera para impedir tener que luchar en casa» (traducción: invadir Afganistan, Irak y lo que os digamos) me quedó clarísimo, vamos; si ya se vio, que los alienígenas esos, por esperar demasiado, nos tiraron un pepino desde Júpiter (o Saturno, o qué sé yo) que machacó media Argentina, me suena.
Podría seguir abundando en ejemplos, como el suero de la verdad que le inyectan al alienígena hecho humano en la reciente "Ultimátum a la Tierra" para que me lo interrogue un mendas de esos que los gringos mandan a Guantánamo a torturar gente. Pero creo que ha quedado claro la abundancia del tema en eso que llaman el celuloide.
Así que lo mismo dentro de poco nos encontramos en el cine que torturan los Cuatro Fantásticos, los X-Men, el Spiderman, el Superman, y todos los Espantajomanes esos que haya en servicio.

Pero tranquilos, no es que se salten a la torera los Derechos Humanos, la Convención de Ginebra o hasta el Libro Secreto de los Gnomos y apliquen torturas. Es sólamente que «dan».
Cuando «tienen que dar», claro.



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