miércoles, 11 de febrero de 2009

Consume Hasta Morir

 No deja de hacerme cierta gracia cómo dirigen el rumbo de la economía del país los políticos. Digo gracia siempre que uno se aguante las ganas de llorar, claro. Resulta que el nuevo eslogan que promulgan desde sus púlpitos (o sea, su obediente FalsiMedia) nuestras cabezas pensantes es "Hay que consumir. Que si no la economía se hunde".
 Y lo peor es que la trola cala en mucha gente. Sin ir más lejos, mi buen amigo Gumersindo Amador me vino una vez explicándome que la crisis de allá por los años 20 en EEUU (ya se sabe: si ellos estornudan, nosotros nos resfriamos, así que hay que tener un ojo puesto en ellos, y hasta en su historia) se produjo "porque la gente dejó de comprar cosas, gastar y consumir, así que las empresas que vendían se fueron a pique y la economía se hundió".
 Toma castaña, por usar una metáfora florida.

 A ver si lo he entendido: si yo compro una cantidad de, pongamos, comida a la semana, para comer, claro, ¿ahora ocurre que tengo que ponerme a comprar más comida de la necesaria para comer? ¿Y qué hago con esa comida extra que he comprado para que no se hundan los comercios, léase supermercados explotadores de mano de obra semiesclava (lo que algunos llaman puestos de trabajo)? ¿Me la como aunque reviente, y así de paso, y por seguir con la directriz, ayudo a que no se hunda el gremio de enterradores y fabricantes de ataúdes? ¿O se la doy a los gatos de mi barrio?
 Habrá quien afirme: "Al menos cambiemos el consumo extranjero por el consumo local". Pues miren ustedes, eso ya me parece algo mejor. Pero es que eso deberíamos llevar haciéndolo mucho tiempo.
 Aún diría más: el comercio/consumo no debiera haber dejado nunca de ser algo más bien localizado a la zona. Ello hubiera evitado cosas como la deslocalización de los trabajadores, el paro causado por los traslados de empresas a zonas de mano de obra más barata (o sea, esclava, esta vez casi literal), el destrozo ecológico, ya en fase terminal, que causa tanto transporte innecesario, por citar sólo unos pocos, e, incluso, la misma globalización neoliberal de la economía. Si las economías deben ser mayormente locales, ¿por qué el asunto no se regula así por ley?

 En todo caso, se me ocurre que si prestamos atención al tema, lo mismo los ciudadanitos de a pie hasta terminamos por entender algo de los problemas que causa el llamado librecomercio. Va a resultar que esto de la crisis pudiera llegar a servir para algo bueno.