miércoles, 25 de febrero de 2009

Más sobre el Consumo a Toda Costa

 Me telefonea mi buen amigo Gumersindo Amador para hablarme de mi reciente artículo publicado en esta mi web, en el que me pronuncio en contra del consumo continuado como sostén de una economía:

- Creo que no tienes razón. Parte de la crisis sí la están causando actitudes temerosas de personas, por ejemplo funcionarios, que continúan cobrando el mismo salario pero no gastan por el miedo a que vengan tiempos peores.

 De ser así, lo primero que se me ocurre es que esa gente que "tiene dinero" lo está, en efecto, guardando supongo que con miras al futuro. Pero lo veo poco probable. Más bien diría que aquí todos estamos más o menos con el agua al cuello como para tener mucho margen de ahorro. Sobre todo porque uno de los orígenes del problema (por problema me refiero a eso que llaman Crisis, y que mucho me temo que sea algo bastante más gordo) es que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades durante años: esa frecuente renovación de teléfono móvil, esa televisión de plasma, ese automóvil, esa segunda vivienda, y otros muchos dispendios en los que no entro por no extenderme; todo ello, por supuesto, pagado a plazos. Parece que hace mucho que todos estamos ya pagando (o sea, gastando y consumiendo) al mes tanto como podemos. Funcionarios y trabajadores de salario fijo incluídos.
 Pero es que, aún cuando sea verdad que hay gente que, por mucho que pueda, no gasta porque no quiere, pues qué quieren ustedes que les diga: me parece perfecto y lógico. Lógico porque con tanto embate de FalsiMedia en su cantinela del "Vienen tiempos malísimos" para que aceptemos rebajas en nuestros derechos sociales y laborales, cualquiera se atreve a gastar en cosas que no le son estrictamente necesarias.
 Y me parece perfecto que esas personas no gasten porque ¿a santo de qué para que les salgan las cuentas a los cerebritos que adoraron al Becerro de Oro del Crecimiento Continuado tenemos ahora los demás que gastar sin necesidad nuestro dinero, tan trabajosamente obtenido?
 Aunque parezca simplificar demasiado el problema, opino que el único motivo de que se nos haya adoctrinado para el consumismo es que nuestro gasto continuado enriquecía a unos pocos, mayormente los dueños de las multinacionales, que eran (y son) los vendedores y beneficiarios últimos de casi todo lo que comprábamos.
 El pequeño problemita del método era que nos empobrecía a nosotros. ¿O sería quizá eso mismo parte del objetivo buscado? En todo caso que no vengan a pedirnos que sigamos con el derroche.

 No nos dejemos ahora engañar por las mentiras que promulgan desde sus púlpitos mediáticos: el derrumbe económico no es culpa nuestra, ni mucho menos, por más pies que se le busquen al gato.