jueves, 26 de febrero de 2009

Fauna y Flora de Nuestra Sociedad - Los Regalamealgo

 El presente análisis tiene por objetivo tratar de iniciar la comprensión de la anomalía social conocida como la afección del "Regalamealgo" o simplemente los "Regalamealgo". El autor agradecerá se le suministren a su dirección de correo electrónico ejemplos o datos que pudieran ayudar a profundizar en el tema del análisis.


 Los Regalamealgo. Una descripción inicial.

 Nuestra sociedad se encuentra aquejada de una actitud por parte de algunos individuos que debiera ser calificada, si no de infrecuente, sí al menos de peculiar. A falta de un término más científico, y en homenaje al antiguo chiste de los "buanaminos" o los "aminobuanas", definiremos por ahora a estas personas como los "Regalamealgo".
 Entenderemos por persona "Regalamealgo" a aquél que solicita de los demás regalos, cesiones o transferencias de propiedades varias sin haber entregado ni tener intención futura de entregar ningún tipo de contraprestación a cambio. El Regalamealgo puede precisar lo que desea que se le regale con mayor o menor exactitud, pero nunca dejará la selección del regalo al completo libre albedrío de la persona que debe hacer el regalo (persona "Caratontoparece" desde ahora).
 El Regalamealgo actúa solo o cuanto menos sin otros Regalamealgo en las proximidades. La presencia de personas de actitud incondicionalmente favorable o cuanto menos amistosa hacia el Regalamealgo será propicia e incluso agradecida por éste último; el Regalamealgo podría tratar incluso de utilizar a estas personas como cómplices indirectos que confirmen su (a sus ojos, al menos) sensata y justa actitud demandante de prebendas a la persona "Caratontoparece".
 El regalo que el Regalamealgo solicita será inevitablemente algo que él no tenga o, cuanto menos, solicitará regalos de algún tipo que el Caratontoparece tenga o aparente tener en mayor cantidad, cuantía o calidad que él mismo.


 Motivaciones de Fondo de los Regalamealgo.

 El autor de este estudio opina que, contrariamente a lo que pudiera pensarse, los Regalamealgo no actúan movidos por intenciones de nivelar las desigualdades de riqueza o patrimonio existentes en nuestra sociedad. No parecen estar detrás de las actitudes de los Regalamealgo seguimientos de doctrinas políticas o filosóficas igualitarias como los dictados de Jesucristo, el socialismo o el comunismo. Así lo revela el hecho de que los individuos Regalamealgo tengan en sus vidas actitudes tan individualistas y competitivas como cualquier otro integrante de la sociedad en el primer mundo.
 Asímismo los Regalamealgo, en no pocas ocasiones, conceden poco uso e importancia al regalo recibido caso de lograr su objetivo. Ello sugiere que el regalo en sí mismo no constituye necesariamente un fin para su actitud.
 Tampoco hay razones para pensar que el Regalamealgo sienta afecto y pretenda con su actitud intimar o hacer amistad con el Caratontoparece. Así se desprende del hecho de que el Regalamealgo no parezca tener más respeto por el Caratontoparece caso de que éste último acceda a sus pretensiones. De hecho, la persona Regalamealgo resulta ser gradualmente menos respetuosa con quien más confianza tiene. Digamos que la actitud respetuosa del Regalamealgo hacia el prójimo es a menudo, y muy especialmente con los Caratontoparece, inversamente proporcional al grado adquirido de confianza e intimidad.
 Incluso existen evidencias de casos en los que ni siquiera parece que los Regalamealgo logren alcanzar una mayor felicidad en sus vidas mediante un incremento de su patrimonio, por mucho que ésta sea la consecuencia lógica que hasta ellos mismos cabrían esperar de su actitud. Podremos encontrarnos los regalos conseguidos por un Regalamealgo en sus correrías olvidados y guardados en un baúl de su domicilio, tal vez desde el mismo día que los obtuvo.


 El Regalamealgo. Conclusiones Finales.

 El autor de este estudio opina que el individuo Regalamealgo no es posiblemente consciente de su actitud parasitaria. Seguramente sea un personaje insatisfecho de su propia existencia y de la vida que está llevando, por lo que, durante sus ataques al Caratontoparece, está en realidad buscando formas de encontrar algo de felicidad en su vida mediante:

  a.- La consecución de bienes materiales.
  b.- Algo de daño leve a un prójimo al que él considere como víctima propiciatoria.

 Ambos factores a y b son inducidos, en mayor o menor medida, a toda la sociedad individualista y competitiva del primer mundo. El factor a es inducido mediante la propaganda mediática continuada que asocia felicidad, dignidad y realización de la persona a la posesión de bienes materiales. El factor b es más bien una reacción encubierta de venganza por parte del individuo hacia una sociedad que lo aplasta y no le permite florecer. Tristemente el Regalamealgo, y esto último pudiera ser extensible a cualquier habitante promedio no afectado de su mal, acostumbra a no hallar, en realidad, un consuelo efectivo en ninguno de ambos factores a y b, al menos durante tiempo prolongado: apenas recién adquirido el nuevo bien material, o recién ejecutada su/nuestra pequeña venganza-resarcimiento en el prójimo, los ciudadanos del primer mundo acostumbramos, con denodada frecuencia, a volver a estar vacíos.
 Es posiblemente a causa de ello que, al estilo del conocido aforismo de la sabiduría popular que dice que "Se cree el ladrón que todos son de su condición", el Regalamealgo ve en el Caratontoparece a un consumista como él mismo que tampoco valora sus bienes materiales; no le producirá con sus demandas, piensa, sino un "daño leve al prójimo".
 En resumen, no hay malicia como tal en el Regalamealgo. Más bien podemos ver en ellos uno más de los nefastos resultado de un sistema socioeconómico que fagocita a sus hijos y les hace a veces buscar la felicidad a través de un supuesto desagravio en forma de actitudes poco respetuosas hacia los demás.