miércoles, 17 de junio de 2009

Le Zurran pero No Todos

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 En cierta ocasión estaba yo hablándole a mi buen amigo Gumersindo Amador de cómo la unión de los débiles puede lograr la victoria sobre el fuerte, fíjense ustedes con qué tonterías lo castigo a veces:

- Por ejemplo, Gumersindo, - le digo - si en una clase del colegio hay 40 niños - que ya son, pero mejor no entremos en lo de la masificación escolar - y el abusón le roba el bocadillo a uno, ese uno podría buscarse la ayuda de los otros 38, quienes, al fin y al cabo, están en la misma situación de riesgo y a los que conviene hacer frente común contra el fuerte canalla.
- Bueno, muy bien, ¿y qué pasa si el abusón se busca a otros 39 abusones para lo del frente común ese, pero en su bando? - me responde socarrón, como siempre que cree que está diciendo algo muy lúcido.
- Es que la mayoría de la gente es buena, Gumersindo. No existen 39 abusones.

 Recordé esta historia esta mañana, cuando me telefonea y me dice:

- He leído tu artículo del otro día, ese en el que hablas de los abusos de la policía con los detenidos y tal. Y me parece que no estás teniendo en cuenta que la policía se enfrenta a muchas complicaciones y riesgos en su trabajo, así como que muchos policías son gente muy honesta y respetuosa con el prójimo, dentro de su firmeza.

 Acto seguido pasa a enumerarme situaciones riesgosas del trabajo policial: que si separar peleas, que si tiroteos, que si reducir a drogadictos violentos, que si un loco con un hacha (esto en concreto le pasó a él una vez, de ahí que esté sensibilizado con el tema), que si todo el día pateándose la ciudad aunque sea en coche (yo en coche lo veo hasta peor), que si los cónyuges de los policías preocupados por si algún día vuelven a casa con heridas, que si patrullar los barrios bajos donde hay sujetos con más pistolas que los policías, y otros más.
 Algunas veces me pregunto si Gumersindo tiene muy poca capacidad de raciocinio o ninguna. Es como si yo hubiera escrito un artículo sobre los maridos que pegan a sus mujeres y ahora viniera alguien a decirme que hay muchos maridos que no les pegan a sus mujeres. Y acto seguido me relatara ejemplos de maridos que ayudan en la casa, que si son el único salario de la familia, que si protegen a su mujer contra viento y marea, que si la escuchan, que si cuidan de los niños, que si saben hacer de comer, que si tienen miramientos para la delicadeza femenina, y, ya puestos, me añadiera que algunas mujeres le hacen la vida imposible a su marido, que si lo tienen vampirizado, que si se quedan con la casa cuya hipoteca pagó él religiosamente, etc.

 Mucha gente, en cuanto le hablas de un aspecto negativo de parte de un grupo da por asumido que estás despotricando contra todo el grupo al completo. Y santas pascuas, como suele decirse.
 Que pensar produce arrugas.

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