jueves, 28 de mayo de 2009

Conmigo o Contra Mí

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- Debiste permanecer leal al Canciller.
- ¿Al Canciller? Anakin, mi lealtad es con la República, con la Democracia.
- Si no estás conmigo eres mi enemigo.
 [Star Wars - El Retorno de los Sith]



 Recuerdo ahora mismo un día que iba yo en el autobús escolar, al estilo niño de South Park. Era uno de los primeros días de curso, poco después de la vuelta del verano, cuando un niño se sentó repentinamente en el sitio vacío a mi lado y se me quedó mirando fijamente, prácticamente nariz con nariz, con cara entre divertida y jocosa.
 "Ayvadios", pensé yo, "que ya me ha tocado el tarado".

- ¿Tú de qué equipo eres? - me dijo sin mediar palabra.

 "Ayvadios".
 Pensé chillar llamando a la señorita esa azafata del autobús, pero, como pasa con la policía, en ese momento estaba en el otro extremo del vehículo, concretamente resolviendo un caso de niños que sacaban la cabeza por la ventana. Parece que, como dice Batman, el miedo es algo a lo que uno siempre acaba por tener que enfrentarse a solas, así que tendría que valérmelas por mí mismo:

- ¿Equipo? ¿Equipo yo? ¿De qué equipo? ¿Equipo de qué? ¿Equipo para qué? - aquellos días habíamos estado haciendo grupos de trabajo en clase, así que lo mismo tenía algo que ver con eso.
- De fútbol, hombre, de fútbol. - respondiome él como diciendo "si está clarísimo".
- Ah, de fútbol. No, pero si yo soy muy malo, yo no juego a eso. Vamos, sí juego, en el patio, pero que me ponen siempre de portero, con eso te lo digo todo.
- No, hombre, no... - me dijo él con impaciencia - que qué equipo te gusta. De esos de la tele.
- Oh, ya. Pues... bueno, la verdad es que no entiendo de fútbol.

 Aquí ya se le puso una cara como de pensar "¿De qué museo han sacado a este niño tan raro?". Pero no parecía de los que se dan por vencido facilmente, no:

- Bueno, pues dí uno. - me soltó.
- ¿Uno? Pues... pues... - la azafata de vuelo en las antípodas, todavía - no sé yo... el Barcelona mismo.
- ¿El Barcelona? Anda yaaaa - berreó - si esos son muy maloooos - berreó más todavía. No lo bastante para que la susodicha azafata acudiera, por lo visto.
- Oh, bueno, pues... pues... - estúpido chiflado, ¿por qué no existiría un conjuro para ahuyentar a esta gente? - no sé, el Athletic.
- ¿Pero cómo que el Athletic? Pero si esos son unos mantaaaaas - chilló mientras hacía un gesto con la mano tipo "vete por ahí donde no te vea".

 Joer ya. A ese niño por lo visto le hacían tocamientos, o algo. No, pero ni siquiera estábamos en un colegio de curas; allí todo el profesorado o estaba casado o en edad de no tener mucha dificultad para encontrar pareja.

- Bien, pues entonces, ¿cuál tengo que decir? - le pregunté yo, a ver si arreglábamos la cosa sin necesidad de resoluciones de la ONU.
- El Madrid, hombre, el Madrid. - me aclaró él, como quien conduce, me pareció, al redil a un mal alumno. Y el símil me gustó, por lo del borreguismo.
- Bueno, pues el Madrid. - dije yo. Estúpida azafata.
- Muy bien dicho, hombre - me palmeó la espalda animoso - esos son los mejores. Tú sí eres de los míos.

 Iluso de mí, que pensé que me había librado de él. No bien pasó un niño por el pasillo, veo que le increpa:

- Anda, lárgate de aquí, tú, que aquí no te queremos. - anda María, que ahora me iba este a enemistar aquí con la gente.
- ¿Qué te ha hecho ese niño? - le inquirí yo.
- Nada, que es del Valencia.

 Al siguiente niño que pasó le dedicó palmaditas y saludos animosos.

- Es del Madrid.
- Lo habría adivinado - repuse yo.

 No aburriré (más) a mis amables lectores con el resto del viaje que me dio, pero digamos que su comportamiento fue todo en ese estilo: dividiendo a los estudiantes entre los que estaban en su bando y los que estaban "en el otro". Llegando a destino cruzamos nuestras últimas palabras:

- Bueno, ¿y cómo te llamas? - dije yo.
- Gumersindo Amador. - dijo mientras salía corriendo hacia otro niño y gritaba: - ¡Joseeeee! ¡Que hemos ganadooooo!

 Aún habiendo sido declarado oficialmente "del grupo", no tuve mucho interés en saber qué es lo que "habíamos ganado", más que nada porque sospeché que no me tocaba mucha parte del botín, así que aproveché para escabullirme.
 "Este personaje chiflado y yo podemos ser de todo excepto buenos amigos", pensé yo. "Y espero que no haya muchos como él en el colegio".
 Ya apuntaba maneras de mal augur, ya.

 Muchos son los que, como Gumersindo, aceptan los argumentos y las conclusiones de los que han declarado "los suyos": su prensa, sus articulistas, sus políticos, sus amigos. Y viceversa. Sin embargo, de los que han nombrado "los otros" toca no fiarse ni un pelo: la prensa es tendenciosa y parcial (como si fuera posible hacer prensa imparcial), los ideólogos no dicen más que memeces porque están ofuscados por algo, los políticos mienten más de lo que hablan, etc.
 Invito al lector a que se plantee en cuántas de las situaciones de su vida sus decisiones y su comportamiento se ven influídos por ese "Si es de los míos acepto lo que venga de él. Si no, mucho cuidado. No necesito más criterio".


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domingo, 24 de mayo de 2009

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Lista de Medidas que está Adoptando la Sociedad Humana para Resolver el Atolladero Económico y Energético en el que está Entrando a causa de Décadas de Derroche y que Amenaza con Destruír a su Raza:

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jueves, 21 de mayo de 2009

Salven el Tinglado y Voten

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 Para quien no lo sepa, hay unas elecciones a la vuelta de la esquina. Me he enterado por la siguiente conversación con mi buen amigo Gumersindo Amador:

- ¿Y a quién vas a votar tú en las elecciones europeas? - dice él.
- ¿Elecciones? Pues... me abstendré. - le respondo yo.
- Pero ¿qué dices, hombre? Parece mentira, con la lata que das siempre con eso de que hay que hacer un mundo mejor y tal.

 Gumersindo, para quien no lo sepa, no sólo vota en todas las elecciones, al menos en todas en las que se pueda votar contra aquellos a quienes les tiene ojeriza, sino que se viste más decentemente de lo habitual cuando va al colegio electoral para ejercer su derecho a participar en las decisiones gubernamentales. Después esos políticos que ha elegido siguen manteniendo un canon a los soportes de grabación videográficos (llamado canon SGAE) injusto, se suben el sueldo al comienzo de cada legislatura y mil lindezas más que a él tanto le revientan. Y, sinceramente, me parece perfecto (lo de Gumersindo, no lo de los políticos). Si cree en ello, adelante, que vote y hasta que se haga fotos depositando el voto en la urna.

 Pero a lo que vamos. No lo he comprobado, pero me da que enterarse de las elecciones si utiliza usted, amable lector, FalsiMedia, será, sin duda, facilísimo. El bombardeo mediático será brutal y despiadado e irá a más, entre otras cosas para convertir lo de las elecciones en un gran acontecimiento para todo el país. En realidad, en esto como en otras muchas cosas, creo que lo que tenemos que hacer es invertir las relaciones causa-efecto: los medios de prensa bajo el poder de los poderosos (o sea, prácticamente todos) no hacen una cobertura enorme de las elecciones porque éstas sean un suceso del que la población desea ser informada dada su trascendencia, sino que desean convencernos de que la cosa es tan trascendente que queremos ser informados de ello, así que nos meten el tema hasta en la sopa. Y, como en definitiva aquí todo Dios no habla sino de las cosas que salen por la tele, pues lo terminan, mayormente, consiguiendo, con lo que nos olvidamos de que antes del lavado de cerebro mediático las elecciones esas nos la refanfinflaban.

 Pero hay un segundo aspecto que también es muy interesante: se nos va a repetir hasta la saciedad que el que no vote es un canalla. No es nada nuevo, ocurre en casi todas las elecciones: las peticiones de abstención serán silenciadas en prensa, y todos, absolutamente todos los políticos de cualquier partido pedirán que lo imprescindible es que vayamos a votar aunque no sea a ellos.
 Y es que se teme a la abstención como fuerza de presión sobre los poderosos del mundo, porque equivale a decirles: "Sois unos bandidos, y no queremos entrar en vuestro juego". O un "Sabemos que nuestro voto no cuenta nada, por mucho que digáis lo contrario, sabemos que después vais a hacer lo que queráis sin que os importemos salvo, quizá, lo mínimo para que no alborotemos".
 ¿Imaginan ustedes, amables lectores, que se produce una abstención del ochenta o noventa por ciento? Quizá entonces el tema de conversación en las calles, en lugar de ser las banalidades de la tele, se transforme en un "Ahí está, lo que nosotros decíamos: Este sistema no nos gusta. Habría que cambiarlo".

 Votar es legitimar este sistema en el que vivimos, donde la democracia existe tan sólo sobre el papel y los derechos humanos sólo sirven para que los diputados bailen de vez en cuando al ritmo de una "canción solidaria" o vayan a un partido de fútbol contra la pobreza.
 Quien opta por abstenerse también está eligiendo una opción, también puede estar pidiendo algo. Y pudiera incluso ser una petición más ruidosa que otras muchas. A eso es a lo que le temen.

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martes, 19 de mayo de 2009

Chateando - Virus Varios

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Tibidium: Hola. Estás infectado por un virus.
Tibidium: Llevas varios días mandándome cosas raras.
Chateador: dimeyo e limpiado todo lo ke tenia 
Chateador: no tengo nada es un archivo ke anda en el msn
Chateador: si lo abres se istala i manda el
Chateador: lo manda a kien tengas en el msn
Chateador: pero eso lo hace el archivo
Tibidium: O sea, un virus.
Chateador: pues sera yo pike el ke me lo mandaba era conocido y lo abri pike pero el no lo mandaba
Chateador: UNAVEZ KE LO KIERES VEZ SE ISTALA Y SIGUE MANDANDO EL
Chateador: YO LOE BUSCADO Y CREO KE LO E ELIMINADO DONDE SE A METIDO
Chateador: TE CUERDAS KE HACE TIEMPO UVO OTRO IGUAL
Tibidium: Bueno, muy bien. Entonces si me vuelve a llegar otro intento de envío por tu parte te avisaré para que lo sepas.
Chateador: TU ILIMINA NO HABRAS
Tibidium: jaja... :-D... hombre, te diré, ¿cómo se me va a ocurrir abrir eso, si sonaba a virus desde el primer momento?
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lunes, 18 de mayo de 2009

El Test de la Bomba

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"Hay que sembrar el terror, dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros."
 [Instrucción Reservada nº 1 de 25 de mayo de 1.936 escrita por el General Mola - Golpista del Ejército Español]



 En cierta ocasión caminábamos mi buen amigo Gumersindo Amador y yo, aunque cueste creerlo, nada menos que por el campo. Ya saben, ese sitio donde aún queda vegetación, y se oyen a los pájaros, y los sonidos no son un tronar de vehículos de combustión interna. En realidad era tan sólo una pequeña carretera rural, pero a nosotros, indígenas de ciudad, aquello nos parecía poco menos que el Amazonas.
 De repente oímos lo que al principio me pareció un trueno, y después comprobamos era un disparo. Y vaya si lo comprobamos, que la bala impactó en las ramas de un árbol, no muy lejos de nosotros. Sospechando haber sido confundidos por robaperas o algo similar, nos quedamos paralizados casi esperando percibir los ladridos del subsiguiente mastín ahuyentador de zagales que aparece en estos casos.
 En lugar de ello aparece un hombre sin boina con una escopeta, con gesto preocupado, preguntándonos si estamos bien, y disculpándose por lo desviado de su disparo. Ocurre que estaba el buen señor haciendo prácticas de tiro con su escopeta de caza, en lo alto de una loma, apuntando en sentido opuesto al nuestro, y a una considerable distancia de nosotros, a pesar de lo cual la bala había rebotado, desviado, cabriolado y hasta tirabuzonado para enrutarse hacia los dos inocentes urbanitas en tierra extraña.
 Acabado el incidente con el hombre, lo cual me costó lo suyo porque no vean cómo se me pone Gumersindo a veces echando reprimendas, le consulto por el tema, ya que él hizo el servicio militar cuando era obligatorio (ya verán, ya, la que les voy a dar también con este tema, que me lo ha contado todo de pe a pa, y con alguien tengo que pagar las historietas soporíferas que me larga mi buen amigo):

- No me entra en la cabeza, Gumersindo, que una bala se haya desviado tanto de su trayectoria. Si es que parece la bala que mató al Kennedy ese de lo que ha hecho, que hasta había la tira de obstáculos por el camino. Y el desnivel que ha cubierto, que es que parece que nos buscaba.
- Pues que no te extrañe. Todo el que medio aprende a manejar un arma de fuego sabe de su impredecibilidad. Son algo peligrosísimo y, sobre todo, treméndamente destructivo. Que es que en las películas parece que si el disparo no acierta la bala se desvanece en el aire, poco menos. Pues nada de eso, una bala rebota, mata, lisia y ni te haces una idea de la que puede armar. Precisamente recuerdo ahora mismo una vez, en la mili, al Terrones cuando...
- Espera, espera... - le interrumpo, porque las historias del Terrones, que era muy bruto, creo que ya me las sé todas y sé que van para largo - si una sóla bala puede hacer eso, ¿qué me dices de algo más destructivo, como un mayor calibre, o una granada de mano?
- ¡Eso ni te lo imaginas! La debacle que causa un arma conforme vas subiendo en potencia de la misma es horrenda. Precisamente, como te decía, el Terrones, que estaba en mi destacamento y era muy bruto, me dice un día... - a partir de aquí mejor omito la conversación con Gumersindo. En primer lugar por su carencia de interés en esta historia, en segundo lugar por su carencia de interés, y en tercer lugar por respeto al Terrones, que era muy bruto.

 Pienso en la imagen que las armas de fuego me han dejado a lo largo de mi vida, mayormente a causa de la filmografía: balas que matan a buenos o a malos, pero que cuando fallan lo más que hacen es dar en la pared o romper alguna ventana, que los vidrios son frágiles, ya se sabe; el Equipo A disparando 7.322 tiros causando como mucho agujeros en la carrocería de un automóvil o rompiendo como mucho un surtidor de agua para los bomberos de esos que se ven por las calles, pero sin que nadie sangre; grandes explosiones en las narices del héroe ante las que le basta con encogerse un poco, como cuando le echan a uno agua en la piscina, etcétera.
 Tras darle vueltas al tema concluyo que, si bien puede permitirse el uso de armas de fuego en los cuerpos de seguridad, y exclusivamente para su uso en casos extremos, una bomba, del tipo que sea, es otro cantar. Las bombas causan daño a diestro y siniestro, no dirigido ni controlado ni previsible. Las bombas destruyen todo y a todos. Para eso fueron creadas.
 Dentro de lo difícil que es hacer esta afirmación, pienso que se puede saber quiénes son los malos por un sencillo detalle: usan bombas. Del tipo que sean: bombas de mano, bombardeos, trampas bomba, lanzagranadas, bazocas o cualesquiera otras. No se trata de atacar "énclaves estratégicos donde se ocultan los terroristas", sino de causar el terror y la destrucción por doquier. Tampoco debe llamarse "ejecución selectiva de alguien que se lo tiene merecido" a un acto que aprecia tan poco la vida y las creaciones del hombre o de la naturaleza que las destruye en un área determinada. No es el cirujano cortando con el bisturí para mejorar la vida, es el asesino con un hacha.

 Los malos usan bombas. Simple y llanamente.
 Como las ha usado la OTAN, ETA, el ejército EEUU, Israel o muchos otros.

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sábado, 16 de mayo de 2009

Empezando Tarde

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 Estamos el otro día mi buen amigo Gumersindo Amador y yo hablando del tema de los hidrocarburos. Verán ustedes, a Gumersindo me he tirado varios años, desde el 2004 si no recuerdo mal, diciéndole que el petróleo se nos iba a terminar a la sociedad humana. Y él ha estado todos esos años carcajeándose de mí, claro.
 Se llevó un buen sustillo cuando el Verano del 2008, por aquello de que el precio del barril se disparó a unos 150$ o algo así, si no recuerdo mal. Incluso ahora que su precio ha bajado notablemente noto que me mira con recelo y de reojo (al mismo tiempo; él es capaz) y de vez en cuando me indaga algo sobre el tema:

- Pues anda que no llevan años diciendo que se iba a acabar el petróleo. En la década de los 60 me han contado que ya hablaban de ello. Y en los 70 también, en plan sicótico. Y en los 80 vimos en la tele "Mad Max", la película esa en la que una sociedad sin petróleo había revertido a las cavernas, ¿recuerdas? Y aquí estamos.
- En el atasco, ¿verdad? - respondo yo socarrón.

 Como nunca ha ocurrido, ¿Por qué habría de ocurrir ahora? Creo que la materia gris de Gumersindo saca las mismas conclusiones para estos temas que toda ese gente que fuma porque lleva muchos años haciéndolo y, al fin y al cabo, aún no le ha pasado nada. Hasta que le diagnostican el cáncer de pulmón.

 La verdad es que creo que he escrito este artículo de hoy con la intención de ir preparando el escenario (léase hacerle el cuerpo a mis amables lectores) para algún día de estos, cuando reúna ganas y lucidez, hablarles del tema del petróleo, que les aseguro que se las trae, y mucho.
 Valga para ello el siguiente hilo de debate del foro de la web Crisis Energética. Como verán, contiene un relato breve del gran genio de la ciencia-ficción Isaac Asimov, en el que se nos relata una posible visión de un futuro inminente en el que el petróleo se ha transformado en un bien escaso. El relato está en su versión original en inglés y traducido al español, así que, entre claveles y rosas, cada cual se lea el que le venga en gana.
 Por si no tienen ganas de leer mucho (¿qué hacen aquí?), quisiera reseñar, en primer lugar, el hecho de que la estimación de Asimov del año 1997 para la llegada de las carencias acusadas de petróleo fue errada. Pero no me lo juzguen apresuradamente al hombre, que en primer lugar el relato se escribió décadas antes, y en segundo lugar hay más de un entendido en el tema que opina que, de no haberse producido la Revolución Islámica con su consiguiente restricción de petróleo durante algún tiempo, la fecha de finales de la década de los 90 habría estado acertada.
 En segundo lugar, quisiera llamar su atención sobre la frase final:

¿Y qué podemos hacer ahora para arreglar esto?
¿Ahora? ¿En 1997? Casi nada.
Si hubiéramos empezado hace 20 años hubiera sido otra cosa.
Si hubiéramos empezado hace 50, habría sido fácil.


 Nos hemos pasado 20, 30, 50 años tachando de agoreros a los que avisaban del riesgo con tiempo suficiente para actuar, tan sólo porque aún no había acontecido desgracia alguna.
 Parece que ahora está a punto de llegarnos la factura.

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viernes, 15 de mayo de 2009

Reflexiones de un Inadaptado Social - El Costo de la Vivienda

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 El otro día aproveché que estuve en el despacho de un amigo aparejador para hacer un par de cálculos de los míos. Ya saben, de esos que no suelen casar con la forma de pensar de la sociedad en la que vivo.
 Como la vivienda ha sido y es una burrada de cara, se me ha ocurrido plantearme qué será lo que justifica eso, si es que la grifería será de oro, como los palacios de Sadam Hussein, o las vigas son de platino.
 En primer lugar, desde mi reducido conocimiento del tema, eufemismo que quiere decir que más bien hablo sin saber (cosa, admitámoslo, harto frecuente en los egodepentedientes publicadores de páginas web), estimo tres grupos de costes generales. El primero es el trabajo de todos los que tienen que hacerme la vivienda: arquitecto, aparejador, albañiles, pintores, peones de obra, electricistas, yeseros, etc. Son gente que está ahí echando sus horas de faena y justo es que sean remunerados por su trabajo. Como suele decirse, tendrán que comer, ¿no?
 Haciendo cuentas con datos reales, para una promoción de 40 viviendas, un promedio de 25 personas trabajan durante 12 meses, 30 días al mes y 8 horas al día, es decir, un total de 72.000 horas de trabajo cuesta la promoción, que entre 40 me salen 1.800 horas para construír una vivienda. Desde el momento que lo justo sería pagar una hora de trabajo ajena con una hora de trabajo mía, me parece sensato tener que trabajar yo 1.800 horas para pagar a los trabajadores que han hecho mi vivienda, de modo que si trabajo 8 horas al día y 5 días por semana, tardaré 45 semanas en pagarla, lo que equivalen a unos 10 meses.
 El segundo grupo de costos es el de los materiales: que si cemento, ladrillos, cables, vigas, plásticos, PVC, etc. Me figuro que hacer un cálculo, digamos "de justicia" sobre cuánto se debe pagar por esto es complicado, ya que el costo de los materiales varía dependiendo de la zona y del mercado. Dentro de mi ignorancia sobre el tema, me conformo con estimar que los materiales de una vivienda no deberían costarme más que el trabajo de quienes me la hacen, así que sumemos otros 10 meses que tengo que trabajar para pagarme la casa. El costo del suelo ni lo cuento. Sobre todo porque considero de justicia que la sociedad me ceda un espacio donde vivir medio digno. No quiero estar encerrado en una huevera, pero tampoco necesito "El rancho de Ánsar", como dijera en su día George W.Bush con su sagacidad habitual.
 Y ahora llegamos al tercer grupo de costes que califico como Chamusquinados, por cómo huelen, y no a ámbar: licencias, certificaciones, autorizaciones, permisos, impuestos, untadas al concejal de urbanismo, sobornos a quien proceda, etc. Opino que estos costes no se pagan porque requieran un trabajo como tal, o al menos no se pagan en proporción al trabajo que necesitan. Es decir, quiero creer que en una sociedad justa no existirían o serían muy reducidos los costes especulativos; los de los aprovechados de turno, para entendernos.

 Así pues, resulta que mi vivienda debería costarme 20 meses de trabajo dedicado poder pagarla, todo ello sin trabajar sábados ni domingos ni hacer horas extras. Contemos que dedico tan sólo la mitad de mi fuerza laboral a la misma, y subo el tiempo a 40 meses, esto es, algo más de 3 años.
 En lugar de ello, hemos hecho un mundo en el que el acceso a una vivienda digna requiere décadas de trabajo.
 Que viva la explotación del hombre por el hombre.

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jueves, 14 de mayo de 2009

Chateando - Esos Símbolos Arcanos

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Chateador: DE DONDE PUEDO BAJAR EL POGRAMA KE DICES
Chateador: EMULE
Tibidium: Mmm... suponiendo que eso era una pregunta...
Tibidium: directamente de su página web.
Tibidium: Creo recordar. 
Tibidium: Me parece que es gratis. 
Chateador: OK
Tibidium: Si no te funcionara bien me lo dices, que tengo por aquí en la última PCActual el nombre de algún otro.
Chateador: pregunto hay ke hacerle configuracion
Chateador: o se descarga para trabajar con el
Tibidium: No, no, no hay que configurar nada.
Tibidium: O casi nada.
Tibidium: Creo que es sólo instalarlo y arrancarlo.
Tibidium: Mmm... te sugiero que, cuando preguntes algo, pongas interrogaciones.
Tibidium: Son unos simbolitos que están en el teclado, que requieren pulsar las mayúsculas (Shift).
Tibidium: Se encuentran a la derecha del cero.
Tibidium: Son prácticas las interrogaciones, porque así el que te lee sabe si le estás preguntando o afirmando algo.
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miércoles, 13 de mayo de 2009

Or-gani-zación, Or-gani-zación

 En su día, trabajando yo como informático, tenía como cliente a una empresa promotora-constructora de esas. Sí, lo han adivinado, fue durante el bum de la especulación inmobiliaria. Dentro del hecho de que a menudo casi no hay, en nuestra sociedad, formas honestas de ganarse la vida, me admitirán ustedes, amables lectores, que muchos de estos acólitos del ladrillo se aprovecharon de la vorágine de entonces para ganar dinero (casi) sin trabajar con este tema, incrementando con ello la burbuja y empobreciendo de facto a mucha otra gente honrada que tan sólo quería ganarse la vida y que se vio pagando durante décadas por una vivienda que se supone no es sino un derecho constitucional. Además estos últimos hasta se lo tomaron como algo lógico y normal, que esa es otra.
 Pero a lo que iba. Recuerdo una ocasión en la que la jefa de la empresa me dijo:

- Bueno, vamos a ver, yo lo que quiero es que te or-ga-ni-ces. - enfatizando las sílabas, para proseguir: - Porque ayer estuviste aquí toda la mañana y el servidor de impresión y los dos ordenadores de esta habitación no se quedaron terminados.

 Cualquiera que haya trabajado en temas informáticos, o incluso haya tratado de hacer la operación más aparentemente inocua y sencilla en un ordenador sabe (gracias, Bill Gates) de la impredecibilidad de la faena, y lo que puede complicarse el asunto. No apto para propensos a trastornos gástricos, se lo aseguro. La jefa también, a poco que prestara algo de atención a mi proceder, podría ver de los imprevistos y ralentizaciones en las tareas que yo tenía entre manos. No obstante confieso que, en aquella época, este tipo de situaciones lograban hacerme sentir culpable.

 Algún tiempo después vi un episodio de la serie de TV "Cuéntame Cómo Pasó", ambientada en la España franquista, en el que Antonio Alcántara, el padre de la familia protagonista, trata de pedirle un adelanto salarial a su jefe, Don Pablo (obsérvese el "Don"), para poder pagar la Comunión de su hijo. Cito la conversación de memoria, no la he comprobado:

- Así que para la Comunión de tu hijo, ¿no?
- Sí, Don Pablo. Es que está muy ilusionado, y estas cosas son una vez en la vida. No se lo pediría si tuviera otro sitio del que sacar el dinero.
- Y para regalarle un reloj de marca, ¿no?
- Bueno, yo había pensado más bien en una estilográfica. Aunque se nos irá casi todo en pagar la cosa, que ya sabe usted, que sí el convite, que si los postres, que si el restaurante...
- Pues mira, te voy a hacer un favor. - dice Don Pablo decidido.
- ¿Ah, sí? - responde Antonio con mirada alegre.
- No te voy a dar el anticipo.
- ¿Cómo dice? - dice Antonio sorprendido.
- Sí señor. A ver si así aprendéis a organizaros mejor vuestros gastos, y no andar con carencias de este tipo. Es por tu propio bien. El día de mañana me lo agradecerás.

 Y, por terminar el engarce de historias, recuerdo también una escena de la película española "El Laberinto del Fauno" ambientada en esa famélica posguerra civil española en la que la mayoría de la empobrecida población de un país destruído no recordaba lo que significaba el verbo "comer".
 Representantes de la curia, del empresariado o del ejército, todos ellos próceres (franquistas, por supuesto) encargados de gestionar cierta zona montañosa, cenan en una mesa bien provista con sirvientes y todo. También cito de memoria a los comensales:

- ¿Tendrá la población comida suficiente con esta asignación de las cartillas de racionamiento?
- Si se organizan tendrán suficiente. - Esto lo dice el cura, nada menos, si no recuerdo mal. Mientras mastica, claro.

 Demasiado a menudo me encuentro con que para los de arriba el problema que tienen los de abajo no son complicaciones normales o que sus condiciones de vida sean injustamente peores, sino que no se organizan. Que derrochan. Que son insensatos. Que no hacen las cosas bien porque no quieren. Culpa suya, vamos. Así que hay que tratarlos en consecuencia, como se merecen los tunantes: con el látigo.

 Una de las razones de no convertirte en tunante es que no te traten como a tal. Si el trato ya viene por anticipado, casi que lo mismo le dará a más de uno, por el mismo precio, hacerse tunante.
 Y así hasta que la olla a presión de la sociedad reviente.

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martes, 12 de mayo de 2009

No Son los Androides que Buscáis

"La lectura le cansa […]. Intuye. Prefiere el significado resumido y fulminante de la imagen sintética. Ésta le fascina y lo seduce. Renuncia al vínculo lógico, a la secuencia razonada, a la reflexión que necesariamente implica el regreso a sí mismo […]. Cede ante el impulso inmediato, calido, emotivamente envolvente. Elige el living on self-demand, ese modo de vida típico del infante que come cuando quiere, llora si siente alguna incomodidad, duerme, se despierta y satisface todas sus necesidades en el momento."
 [Retrato de un televidente - Ferrarotti, 1997]


"La elección es una ilusión creada entre los que tienen el poder y los que no."
 [Matrix Reloaded - Warner Brothers]




 Me viene a la cabeza una memorable escena del arte cinematográfico que todo inadaptado social tecnócrata debe recordar de memoria, so pena de ser excluído del grupo y aún pisoteado inmisericordemente por el resto de ese clan de criaturas indefinibles que nos saludamos con el particular gesto de la mano que ponen los vulcanianos de Star Trek cuando se desean "Paz y Prosperidad".
 La escena de marras corresponde al episodio 4 de la saga "Star Wars", dirigida por George Lucas, titulado "Una Nueva Esperanza". En ella los protagonistas, viajando en su automóvil deslizador, son detenidos en un control por los arrogantes guardias imperiales, quienes rodean el vehículo arma en ristre:

- ¿Desde cuándo tienes a esos androides? - dice el sargento con una entonación (la cara no se le ve, porque lleva casco cerrado) de pocos amigos que, vaya uno a saber porqué, me trae el recuerdo de José María Aznar diciendo lo de "son unos pancarteros".
- Hace 3 ó 4 estaciones. - responde el joven Luke Skywalker.
- Están a la venta, si os interesan. - añade amistoso el anciano caballero jedi Obi Wan Kenobi. Un farol, porque los androides son aquí, como suele decirse, la madre del cordero, ya que llevan los planos secretos esos que siempre hay en estas películas.
- Enséñanos su documentación - corta secamente el sargento recordándome también el aire Aznariano, esta vez más al estilo de cuando dijo "son perros que ladran su rencor por las esquinas".

 En ese momento Obi Wan hace un sutil gesto con su mano, mientras mira fijamente al sargento:
- No necesitáis ver su documentación - le dice, así a palo seco.
- No necesitamos ver su documentación - dice el guardia, como si diera una orden. El acento bigotudo tiene eso, que hasta obedeciendo parece que te escupen las cosas.
- Estos no son los androides que buscáis - "sugiere" Obi Wan, repitiendo el gesto.
- No son los androides que buscamos - ordena el sargento.
- Él es libre de ir adonde quiera - dice, por si fuera poco, Obi Wan con otro gesto.
- Es libre de ir adonde quiera - si por el sargento fuera añadiría "¿pasa algo?".
- Adelante - "ordena" Obi Wan humildemente, esta vez ya sin gesto ni nada, quizá seguro de si mismo por lo entregado que tiene al público.
- Adelante, adelante - gruñe el soldado.

 No bien se han alejado, el joven Luke no acaba de creerse lo ocurrido:

- ¿Cómo ha conseguido que nos dejaran pasar? Yo ya lo veía todo perdido.
- La Fuerza - responde Obi Wan - influye notablemente sobre las criaturas débiles. - ("weak minded" en la versión original del filme en inglés). Todo un detalle por su parte usar ese eufemismo para "más tontos que Abundio".

 Ya entonces me empezó a mí a encandilar eso de los poderes Jedi, capaces de lavarle el cerebro así a alguien. En otra escena del episodio 2, titulado "El Ataque de los Clones", el joven jedi Anakin Skywalker (familia del anterior, así que todo queda en casa) está algo así como, digamos, pelando la pava con la senadora Padme Amidala en un hermoso valle, y en tratando el jovenzuelo de que ella le cuente de sus novios anteriores (toda una sorpresa en una conversación de pareja camelante, ¿verdad?) ella se resiste:

- ¿Y si no quiero? ¿Usarás conmigo algun truco mental jedi?
- Bah. Sólo funcionan con los necios. - responde Anakin, apartando la vista, quizá con algo de desagrado por recordar las veces que ha usado ese poder para violar las mentes de otros.

 Creo que fue Richard Nixon el que dijo una vez que la razón es una facultad al alcance únicamente de un reducido porcentaje de la población, de modo que la mayoría se deja llevar exclusivamente por sus emociones. Y mucho me temo que estaba en lo cierto: la razón es trabajosa, lenta, tediosa, y tanto esfuerzo ni siquiera nos garantiza su infalibilidad. La intuición, esa respuesta más emocional o emotiva que se nos genera dentro, es más directa, rápida y clara.
 Los poderes Jedi han aprendido a influír, de manera telepática (ficciones cinematográficas, ya saben, pero debe ser algo así como esa gente que hipnotiza gallinas), en esa capacidad netamente emotiva que es la intuición: Obi Wan Kenobi induce una emoción de "Bah, no hay interés en los ocupantes de este vehículo" sobre el sargento. Si el militar no se para a razonar que sus órdenes son "requisar cualquier androide sin documentación, por lo tanto debo pedirles su documentación" y razona acerca de lo errado de su intuición, el truco dará resultado e incluso el engañado creerá estar eligiendo libremente.

 Ya en el mundo real, no es que tengamos algún ejemplo de este tipo de engaños. Es que estamos rodeados de ellos. Y se llaman Publicidad. Del automóvil que nos quieren vender se nos muestra una carretera vacía (?) en la que conduciremos fluidamente nosotros solos, de la colonia se describe artísticamente cómo desesperarán (en el buen sentido) los miembros del otro género si la llevamos, del teléfono móvil vemos a gente que revienta de la risa por el mero hecho de llevar uno de esos.
 Y no sólo para vendernos cosas está la publicidad. Del acusado al que la prensa quiere apiolar se nos muestra una foto sin afeitar y con cara avinagrada; en la catástrofe, natural o no, se nos pone un triste sólo de violines; del político al que toca crucificar sale el vídeo de cuando se metió el dedo en la nariz.
 Pero podemos razonar, podemos elegir aunque no sea tan fácil. Del automóvil podemos solicitar características, consumo promedio, coeficiente de rozamiento con el aire o resultados de los test de impacto; de la colonia podemos pedir muestras para que juzgue nuestro propio olfato; del teléfono móvil podemos irnos a los foros de internet (algunos son fantásticamente prólijos en detalles) a leer comentarios de quien ya se lo ha comprado. De todo ello podemos, por si a alguien se le había olvidado, preguntar el precio de venta (detalle pelín importante). Así mismo del juicio mediático podemos esperar a leer los fundamentos de derecho: también por internet hay excelentes artículos claros y comprensibles para el lego; ante la catástrofe podemos preguntarnos qué podía haberse hecho para prevenirla en lugar de sacar los gobernantes rédito de imagen a posteriori visitando la zona con gesto compungido para las fotos; del político podemos, rebuscando un poco, encontrar sus propuestas y decisiones tomadas.
 Podemos, como debía haber hecho el sargento, pedirles que nos enseñen su documentación. Aunque para poder de verdad razonar hay que empezar por aceptar que puede que nuestra conclusión de base esté equivocada, que puede que las órdenes no las estemos dando nosotros, que la elección nos haya sido inducida y no la estemos haciendo libremente, por mucho que así lo creamos.

 Es más trabajoso, pero, si razonamos, tenemos formas mucho mejores que las emociones para saber si son o no los androides que buscamos.

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lunes, 11 de mayo de 2009

El Ojo Avezado - Testificando

 Deduzca el sagaz lector cuál de las dos siguientes situaciones, acontecidas de manera casi simultánea y en puertas vecinales consecutivas, fue la respuesta elegida por este su humilde publicador de artículos, y ya de paso considere la posibilidad de recurrir a alguno de los dos métodos para cuando le toque el turno a él:

 SITUACIÓN 1:
- DIN-DON - dice el timbre de la puerta.
- Buenos días - dice el inquilino al abrirla.
- Buenos días, caballero. Somos religiosos, Testigos de Jehova. - dice una reducida tropa bien vestida con maletines - No sé si cree usted en Dios.
- Oh, bueno, una pregunta interesante. Personalmente he llegado a concluír que la existencia de Dios es la hipótesis más probable desde un punto de vista detectivescamente deductivo. Si bien ello no implica que la imagen, si puede usarse tal palabra, que tenemos hecha de él haya de parecerse en lo más mínimo a la realidad.
- Er... bien... pues me alegro de que piense usted en el tema. Aquí le dejo esta gaceta informativa de nuestros puntos de vista al respecto.
- Oh, bien, muchas gracias. Que tengan un buen día.
- Buenos días.
- Click - dijo la puerta al cerrarse suavemente.



 SITUACIÓN 2:
- DIN-DON - dice el timbre de la puerta.
- ¿Nrggghh? - "dice" el inquilino al abrirla.
- Buenos días, caballero. Somos reli... - dice una reducida tropa bien vestida con maletines.
- BLAM - dijo la puerta al cerrarse.

jueves, 7 de mayo de 2009

Patrimoniando a la Ya Sufrida Humanidad

 Por lo visto alguien está logrando que estamentos varios le hagan caso suficiente a la hora de proponer los partidos de fútbol entre el Barcelona y el Real Madrid para su nombramiento como Patrimonio de la Humanidad.

 Tras comprobar que la noticia parece medio cierta, en caso de la feliz consecución de la propuesta, y en vista de que raparme la cabeza no me pega dada mi prominente testa, así como que bajarse del mundo no es posible dado que ni siquiera sé dónde está la cabina del piloto, he decidido que comenzaré a pedir ayuda de las estrellas a los extraterrestres, algo mucho más acorde con mi extravagante forma de ser y en lo que al fin y al cabo llevo algo de trabajo adelantado.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Trolas de FalsiMedia - La Gripe Porcina, con Perdón

 Verán ustedes, me enteré hace algunos días por un amigo de que había surgido una nueva cepa de gripe a la que habían bautizado en FalsiMedia como la Gripe del Cerdo. Después me van llegando, siempre con tan "prestigiosos" orígenes de información como fuente, las siguientes noticias: que puede convertirse en una pandemia mundial, que la OMS está elevando el nivel de alerta por riesgo cada vez más, que han muerto no sé cuántas personas, y el colofón: el listo de turno diciendo que el 50% de los europeos enfermaría de esa gripe. Serían predicciones a 500 años, porque si no, no se explica el agorerismo.
 Y, desde luego, el resto del procedimiento operativo habitual se cumple: se pone en marcha el maravilloso espectáculo del circo en forma de noticieros saturados del tema, documentales sobre el virus "asesino" (sic), entrevistas de todo tipo sobre el tema, bla bla bla. Al estilo de lo que ocurría en el filmograma "Aterriza como Puedas", en el que todas las películas que ponían a los pasajeros en el avión eran sobre accidentes aéreos, lo mismo hasta nos echan en la tele ahora otras como "Misión Imposible 2", esa en la que un virus mortal corría el riesgo de exterminar a la raza humana.
 Bien, pues ya les ahorro yo darle vueltas al tema: la Gripe Porcina, Gripe del Cerdo, Gripe N1H1, Gripe A o como narices la llamen ahora es una trola. Existe, pero es una gripe más, del montón, de esas que padecemos todos periódicamente, y no hay razones por ahora para pensar que sea más peligrosa que otras gripes.
 Entonces, ¿qué pretenden los poderosos del mundo con esto? Pues lo de siempre, que ya hasta nos lo teníamos que saber, que esto parece un episodio del Equipo A por su plantillismo argumental: distraer al personal para que no vea la que se le viene encima, que no todos los días hay fútbol, y pegar, valga la redundancia, algunos pelotazos en forma de ventas de vacunas.

 Son hasta cansinos ya. Para el que se dé cuenta de lo que pasa a su alrededor, claro.