martes, 18 de agosto de 2009

Las Nucleares y Yo

-----

" -Pero si poseen la energía termonuclear,¿dónde realizan las pruebas y las explosiones? 
-En su propio planeta, señor. 
Naron se irguió en sus seis metros de estatura y tronó: 
-¿En su propio planeta? 
-Sí, señor. 
 Con gesto pausado, Naron sacó la pluma y tachó con una raya la última anotación en el libro pequeño. Era un hecho sin precedentes; pero es que Naron era muy sabio y capaz de ver lo inevitable como nadie en la galaxia.
-¡Asnos estúpidos!- murmuró."
 [Isaac Asimov - Relato corto titulado "Asnos Estúpidos"]



 Mi buen amigo Gumersindo Amador y yo estamos hablando el otro día:

- Hay que ver la que se traen los ecologistas pesados estos, oye. Ahora están con el tema de las nucleares. - me dice.
- ¿Qué es lo que reivindican? - le pregunto, ya sabiendo la respuesta.
- Pues lo de siempre, que se cierren las centrales nucleares. - en realidad no siempre reivindican eso, pero bueno. Mis pacientes lectores saben que Gumersindo prefiere no complicarse mucho a la hora de hacer afirmaciones - Querrán que volvamos a talar leña del monte para obtener energía. O al molino de agua aquel del Medioevo. - me responde él. Yo prefiero no decirle que raro es el monte en el planeta en el que no se está ya talando leña, y pocas cuencas fluviales quedan, por ejemplo en España (menos del 10%, creo recordar), sin aprovechar para energía hidráulica. Es que lo veo lanzándose, así que lo dejo seguir. Además, el meollo de la cuestión es otro, así que espero que lo saque. - Total, porque una vez hubo un accidente nuclear, por ahí, - hace un gesto vago de distancia con la mano - hay que ver la que arman.

 El eufemismo se refiere a Chernobil, para quien no lo sepa. Digo eufemismo porque es un poco como lo que pasó en la película "Aliens. El Octavo Pasajero" con Ash, el androide de la nave espacial, que según la corporación que lo fabricó "tuvo un mal funcionamiento". Casi mata, entre unas cosas y otras, a toda la tripulación, fue su pequeño fallo de funcionamiento. Pero volvamos a Gumersindo, que, como hace cuando cree que está hilando un buen discurso, va ya a toda pastilla:

- ¿No ven que tenemos que vivir primero las personas, y después ya nos cuidaremos de los pajaritos y los zorros silvestres? - no hay zorros domésticos, me parece, pero aquí ya mejor ni entro, que luego me dice que parezco la Wikipedia de tanto corregirle.

 El caso de Gumersindo es paradigmático, pues en realidad mucha es la gente que no conoce del tremendo y aterrador peligro que supone el uso de la energía nuclear, tal es la desinformación a la que les han sometido los medios de prensa tradicionales, bajo el total y absoluto control de los poderosos del mundo (que son, mire usted qué cosa, los dueños de esas centrales nucleares).
 Siguen a continuación, de manera resumida, mis razones para la no proliferación nuclear, o cuanto menos para su uso comedido y mucho más mesurado del que se hace hoy día.

 La energía nuclear, pese a ser muy eficiente, no es portable, como sí lo es, por ejemplo, el petróleo. Nunca tendremos, parece, un automóvil alimentado con su pequeño reactor nuclear; eso dejémoslo para el Delorean de "Regreso al Futuro". Así pues, la energía nuclear tan sólo alimentará, básicamente, nuestras redes eléctricas. De modo que no se traguen el cuento de panacea energética definitiva que nos quieren vender.
 La energía nuclear requiere de una enorme inversión y años de puesta en marcha para cada central nuclear. No es tan sencillo afirmar que esa inversión se amortice.
 La energía nuclear genera residuos. Residuos de lo que me atrevo a clasificar como toxicidad suprema: dañan a los seres vivos por inhalación o por proximidad. Algunos de ellos durante miles de años. Y son, que nosotros sepamos, virtualmente imposibles de limpiar o eliminar; incluso se introducen en la cadena trófica con insultante facilidad: contaminan la hierba, que se la come la vaca, y ya tenemos leche contaminada en la mesa. Aún no existe solución viable para dichos residuos, por mucho que FalsiMedia se empeñe en que sí. Aparte de enterrarlos, claro. Oh, y vigilarlos durante... miles de años. No vaya un gracioso a desenterrarlos.
 La energía nuclear se genera en centrales nucleares que están sujetas a fallos. Personalmente me creo la opinión de los expertos en estos temas que cifran en una probabilidad entre mil por año de accidente nuclear tipo Chernobil. Demasiado para que la raza humana se lo pueda permitir; recuerden: radioactividad liberada a la atmósfera se quedará ahí durante miles de años. Y el hecho de que estas centrales nucleares sean privatizadas no nos ofrece mejores perspectivas, la verdad. ¿Acaso la empresa privada no hace chapuzas, incluso mayores?
 La energía nuclear tiene, entre sus subproductos, las armas nucleares. A los militares les encantan. A los que tenemos algo de humanidad y nos hemos informado de lo que hacen nos generan temblores. Quiero decir antes de que las usen contra nosotros. ¿Tiene la raza dominante del planeta la madurez necesaria para poseer unas armas que, a largo plazo, dañan tanto a atacante como a atacado? Bertrand Russell y Albert Einstein, en su Manifiesto a Naciones Unidas, dijeron al respecto: 

"He aquí el problema que les presentamos, duro, temible, y del que es imposible escapar: ¿debemos poner fin a la raza humana o debe la humanidad renunciar a la guerra?"

 Quizá debieramos, como en el relato de Asimov, esperar a tener una estación espacial lo bastante desarrollada para investigar la energía nuclear.

 ¿Cómo, entonces, vamos a "vivir las personas" sin la energía nuclear? Pues con esquemas más sensatos de ahorro energético (y de ahorro de recursos, pues vienen a ser casi lo mismo): En vez de tener en la empresa el sacapuntas automático (eléctrico) para los lápices usemos el de manivela. Los frikys de la informática que se apañen sin sus mega-tarjetas gráficas para mover mejor sus animaciones en 3D, que ya me parece que van por 1.500 Watios las fuentes de alimentación de los ordenadores (toma ya, lo mismo que un aparato de aire acondicionado. ¿Quién dijo que el ordenata gastaba lo mismo que una bombilla?). La iluminacion de Navidad de la ciudad, destinada básicamente a disparar el consumismo (compras navideñas y turismo), nos la ahorramos. Las de otras fiestas varias también. Procuramos vivir de día y dormir de noche, que, oh sorpresa, resulta que no sólo es un ahorro de electricidad, sino que hasta es mejor para nuestra salud. Y así mil cosas. Mil una, como quien dice.

 A continuación les dejo un par de lecturas interesantes para aquellos de mis amables lectores que quieran ampliar información:

El camión sin frenos - Porqué estalló Chernobyl (2006-04-21): «Y no pasa nada. ¡Nada!». Interesantes detalles sobre cómo afrontó un gobierno incompetente, inepto y cerrado de mollera un gran desastre ecológico como el de Chernobil. Aquí en España tuvimos un ejemplo parecido de actuación política burra con el gobierno de Ánsar cuando lo del Prestige, ¿se acuerdan?

Energía nuclear - La democracia y el desastre (2008-09-23): una descripción de porqué los reactores nucleares son peligrosos en una sociedad que no tiene democracias más que en apariencia, y en la que los intereses económicos o militares priman sobre la salud de las personas.

La Coña de Garoña (documento PDF): Pedro Prieto, vicepresidente de AEREN, analiza los 10 puntos a favor de la energía nuclear presentados por el foro "Yo Soy Nuclear". De lectura recomendada para rebatir a sus desinformados amiguetes, que de ver el telediario ya creen saber todo lo que se necesita sobre las Nucleares.
 
- "Asnos Estúpidos" completo: El siempre pedagógico Maestro Asimov ejemplifica en este su relato corto nuestra insensatez con el tema. Como suele ocurrir con sus palabras, tanto hoy, como cuando las escribió hace décadas, siguen siendo perfectamente válidas.


-----