jueves, 27 de agosto de 2009

Reflexiones de un Inadaptado Social - Sabidurías de La Casa de la Pradera

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"- Yo a mis hijos les enseño que esto está bien, esto está mal y punto, fin de la historia.
- ¿No les enseñará eso a creerse cualquier cosa que les digan sin pararse a aplicar ningún pensamiento crítico?
- No me paro a pensar en eso."
 [Tira cómica de Dilbert - Scott Adams]



 Emitían antaño en España una teleserie (estadounidense, claro, ¿es que hay otras?) llamada «La Casa de la Pradera». Que, conociendo a nuestros traductores de títulos, lo mismo el nombre original en inglés era «Walter Wisconshon Planta Tomates y los Riega» o algo así, pero esa es otra historia. La serie estaba protagonizada por Michael Landon, un actor estilo purista religiosista moralista, que luego protagonizó otra teleserie en la que era un ángel (cristiano, claro, el Islam y las demás religiones no tienen Observadores de Dios) que iba por la ciudad dándonos moralinas a los demás.
 El personaje de lo de la Pradera esa le iba como anillo al dedo, porque, como era de esperar, esta no era, a mi entender, mucho más que otra teleserie de esas para «educarnos» aquí a los de abajo.
 Recuerdo una escena en la que, con sus convicciones superiores, decía:

- Cuando mis hijos viven en mi casa, hacen lo que yo les digo. Si viven por su cuenta, entonces no.

 Y se quedaba el hombre tan a gusto. Ya quisiera el Santo Job.
 En España, país cerril donde los haya, al menos desde el triúnfo del golpe de estado franquista, la sociedad tiene esto bien aprendido en su inconsciente colectivo. La Iglesia ya se encargó de ello cuando tomó el mando de la enseñanza (?) en el país, por lo que le convenía que la disciplina y las jerarquías (en las que ellos estaban arriba, claro) fueran algo considerado inamovible para cualquier español.
 No importa que los hijos no tengan forma de emanciparse, ni de tener una vivienda, ni poder ganarse la vida por trabajadores, honestos, formados y eficientes que sean. Si viven en casa, a callarse y a obedecer.

 ¿Personas de pleno derecho? No me haga reír, hombre, deje esas frases pomposas para la ONU.


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