martes, 18 de agosto de 2009

Explicación para Torpes Escrita por un Torpe - Qué Está Pasando en Honduras

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"Si quieres ver una imagen del futuro, imagina una bota golpeando un rostro humano... para siempre."
  [George Orwell - Escritor]


"Un rasgo quizá no colectivo, pero sí bastante común en la gente francesa es el convencimiento de que las libertades públicas y los derechos sociales existen porque los propios ciudadanos presentes y sus ancestros, generación tras generación, los han conquistado y mantenido en un duro y constante tira y afloja con los aspirantes a dueños exclusivos del poder. De lo cual extraen la creencia de que, si no defienden ellos mismos esas adquisiciones, no las defiende nadie."
 [Javier Ortiz - Periodista Español]




 ¿Qué está pasando en Honduras (ya saben, los del «¡Viva Honduras!»)?
 Que los EEUU de América, ¡oh sorpresa!, están dando un golpe de estado. Lo dan los militares de allí, pero con su ayuda, bajo sus auspicios, y cuando no órdenes directas de Washington. Nuestra prensa ya se encarga de encubrirlo y contarnos que lo que pasa es que en "esos países" siempre están liados y no saben vivir en paz. Oh, y los intentos de no llamarlo golpe de estado al principio han sido unánimes. ¿Queda alguien que aún crea que la prensa no está coordinadamente bajo control de los poderosos del mundo?

 ¿Por qué querría EEUU dar un golpe de estado en Honduras?
 Básicamente por las mismas razones por las que lleva décadas dándolos en el resto de latinoamérica: para imponer gobernantes afines a sus intereses. Zelaya, actual presidente electo, estaba empezando a hacer cosas que a ellos no les gustaban, léase preocuparse un poco de combatir la pobreza y compartir la riqueza del país, en lugar de dejarla en manos de las multinacionales made in USA. Así mismo sirve de aviso a otros países de la zona, que están empezando a unirse entre ellos frente al enemigo común del Norte. Por ello el Lunes 20 de Julio un portavoz gubernamental en Washington declaró que no consideran golpe de estado lo ocurrido en Honduras y que Zelaya "debería aprender la lección".

 ¿Seguro que han sido ellos?
 Pues usted me dirá: el Centro de Mando de la Fuerza Aérea del Ejército de Honduras está en una base militar estadounidense. Y al ejército de Honduras en general lo han adiestrado ellos. Por no citar que son los únicos que no han retirado a su embajador del país. Abra usted los ojos, amable lector: allí no se mueve un fusil sin que lo ordenen los gringos.

 ¿Y ahora qué va a pasar?
 Pues sabe Dios. Los EEUU hacen todo lo posible para marear la perdiz a ver si el pueblo se cansa y se rinde, porque no paran de manifestarse (pacíficamente, ténganlo claro) en las calles pidiendo la vuelta de su presidente electo. Mientras tanto, el ejército cafre de allí los mata, apaliza y tortura a destajo. Y por una vez, al menos por una vez, cualquier ciudadano de a pie con la inteligencia suficiente para caminar y respirar a la vez (televidentes incluídos) se ha dado cuenta de quiénes son los malos de la película. Bueno, salvo alguna excepción, claro, que ya se sabe, hay gente para todo (posible efecto secundario de la visita por la bodega de vinos). A ver qué montaje hacen ahora en la tele para convencernos de que el gobierno golpista es el que tiene que quedarse.

 Y todo esto ¿a mí qué me importa?
 Todo esto es de suma importancia, amable lector. Aunque usted fuera inhumano y le trajeran sin cuidado las muertes del golpismo, este asunto le incumbe, y mucho. Porque la llegada a buen puerto de este golpe de estado podría ser un paso en la aceptación (inconsciente, quizá) por parte de la sociedad de que los poderosos hacen con nosotros lo que quieren y no podemos hacer nada para evitarlo. Podría «educarnos» aún más en el callar y obedecer frente a las injusticias. Podría facilitarles a los poderosos gobernar con el brazo fuerte de las armas sin que pataleemos. En España esto fue especialmente paradigmático con la intervención en la guerra de agresión a Irak: las inmensas manifestaciones (las más grandes habidas nunca en el país) en contra no bastaron, así que en el imaginario colectivo quedó la idea de que no sirvió de nada. Ahora mírennos: estamos participando en tantas guerras de agresión, que el pueblo ni siquiera podría enumerar dónde están nuestras tropas. Y aquí no pasa nada, nada.


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