miércoles, 1 de abril de 2009

El Turismo y No Saber - Mi Viaje a Chile

 "Lo contrario del saber es el turismo, que se limita a engarzar en una ristra una secuencia de «vivencias» inútiles y aisladas."
  [Santiago Alba Rico - Filósofo y Escritor]
 "¿Qué sabe el pez del agua en la que nada toda su vida?"
  [Albert Einstein - Físico]



 Estamos mi buen amigo Gumersindo Amador y yo hablando, y, como ese día estoy un tanto más pesado de la cuenta con "las cosas de internet" va y me suelta:

- ¿Tú es que te crees todo lo que te cuentan por internet, o qué?

 No veas la salida. ¿Cabrá pregunta más despectiva? Quien dice algo así da por sentado que el internauta vegeta frente a su ordenador demasiado ocupado con no atragantarse con sus propias babas y lo mismo puede ser víctima propiciatoria de un desconocido que pretenda venderle "estampitas" que de un correo electrónico tipo "Mande este texto a suficientes personas y recibirá de regalo un teléfono móvil completamente nuevo". 
 Hay tantas respuestas posibles a su pregunta que tengo que admitir que Gumersindo tiene su notable capacidad para frustrar a cualquiera que ejerza un poco de usuario de la razón. Opto por la que me parece más posiblemente constructiva, a ver si así avanzamos algo:

- Bien, ¿y de dónde crees tú que se debe sacar la información entonces?

 Me preparo para contrarreplicarle, o recontrarreplicarle o lo que toque: diga el canal de televisión que diga, el periódico o revista que se le ocurra, la radio que sea, ya me tengo yo preparados ejemplos de mentiras vertidas por esos medios de prensa.
 Pero él, hábil cual gato pardo (léase "cabezota como él solo"), me ve venir y maniobra sagazmente (léase "a la desesperada"):

- Hombre, está claro que como el contacto directo no hay nada. - responde. Y, ya viendo que no me esperaba esa salida (añádase "por peteneras"), continúa - Y de eso sí que no me puedes decir que has tenido. Porque tú todos esos países y personas de los que me hablas no los has conocido de primera mano.

 La afirmación me pareció interesante. Equivocada, pero interesante. Y me trae a la memoria una de esas veces que sí que tuve "primera mano" con una realidad. En concreto, con un país: Chile.
 Hace años, allá por cuando la trifulca del juez ese que nunca acaba nada con Pinochet, me tocó viajar, precisamente, al país que fue su cortijo: Chile. Augusto Pinochet, pensaba yo entonces, fue un dictador cruel y sanguinario que dio un golpe de estado contra el gobierno legítimamente constituído (por aquí sabemos también algo de eso) mediante sufragio universal en Chile. Según medio leí (digo "medio" porque lo había leído en la prensa, revistas y tal, y ya saben mis lectores lo que opino yo acerca de la veracidad de FalsiMedia), Salvador Allende fue el último presidente del gobierno chileno, un líder honesto y democrático que quería lo mejor para su pueblo, y anteponía los intereses de éste a los suyos propios. Así que fui yo para Chile sabiéndome la cantinela del tema regente. No es que tuviera yo planificado hablar con nadie de la cosa allí, pero nunca estaba de más saber.
 Una vez en Chile, a poco que se habló de la historia, algunos chilenos me explicaron su punto de vista: que si Salvador Allende era un corrupto, que si era un mal gobernante, que si la economía estaba hundida al poco de gobernar él el país, que si faltaban productos de primera necesidad como pasta de dientes o papel higiénico, que si su mujer se gastaba dinerales del presupuesto oficial en fiestas que organizaba en no sé qué edificios oficiales, que si la situación ya era insostenible... etc. Asímismo me relataron cómo, tras el golpe de estado que dio Pinochet, el orden se fue restableciendo, la economía volvió a funcionar, los escándalos cesaron, y la situación volvió a su cauce.
 Quienes así me hablaban eran personas que no parecían desquiciados fascistas, sino más bien padres de familia y ciudadanos trabajadores, aunque no de clase baja. Un tanto más difícil me resultó a mí explicarle a ellos porqué en España teníamos (y tenemos) un jefe de estado, a la sazón capitán general de todos los ejércitos, que no era democráticamente elegido sino un cargo vitalicio y hereditario. Pero eso es otro cantar.
 Muy bien, pues me volví de Chile dando por sentado que ahora ya me habían aclarado la realidad política chilena y que, en efecto, no había nada como el contacto de primera mano con la realidad. Esa pobre gente en mi país que se informaba por la prensa tradicional quizá nunca sabría esto y seguiría mitificando equivocada a Salvador Allende, pensaba yo.

 Pasaron los años y creo que fue en Noviembre de 2003 cuando la CIA desclasificó, esto es, dejaron de ser secretos, ciertos documentos acerca de Chile, sus intervenciones en el país y demás. ¿Intervenciones? ¿El servicio secreto de EEUU "interviniendo" en otro país? ¿Y esa cosa llamada Derecho Internacional qué? Había que informarse del tema.
 Pues bien, resulta que, y hay documentación oficial que prueba todo esto, el gobierno de Salvador Allende no convenía a las multinacionales estadounidenses. Decidieron que los recursos naturales de Chile, el cobre entre ellos, serían para los chilenos. Deseaban seguir comerciando con EEUU, así como con cualquier otro país del mundo, pero querían renegociar las condiciones, hasta entonces enórmemente (vergonzosamente, más bien) ventajosas para las multinacionales del norte. Digamos que, en el comercio como en otros aspectos de la política, el gobierno de Allende no se plegaba a las exigencias de EEUU. Había, pues, que quitarlo de enmedio.
 Dicho y hecho, se asesinó al máximo dirigente de los ejércitos del país (los documentos a los que me he referido contienen las partidas presupuestarias de armamento destinadas a tenderle una emboscada destinada a tal fin) dado que resultó ser insobornable (también se ofrecen pruebas documentales de los intentos de soborno). A otros altos mandatarios, muchos, sí se les pudo sobornar para que sus opiniones fueran afines a EEUU.
 Pero aquello no bastaba: los documentos a los que me he referido guardan constancia de las presiones o sobornos necesarios para poner a la prensa del país en contra de Salvador Allende. Ya lo hemos visto otras veces en FalsiMedia, se trata del Todo Vale, mentiras incluídas, para quitar a alguien de enmedio. Entre ellas, las historias inventadas sobre corruptelas de Allende y las fiestas con cargo a los presupuestos del estado de su mujer en edificios oficiales.
 Y hubo más: un acoso internacional, bélico-militar que generó un estado de sitio de facto durante el cual el comercio en Chile se resintió gravemente e incluso llegaron a faltar productos de primera necesidad. Me figuro que entre ellos estarían incluídos la pasta de dientes o el papel higiénico.
 Todo ello destinado, y así lo describen los documentos de la CIA, a generar la situación de malestar social en el pueblo necesaria para ayudar a un derrocamiento mediante golpe de estado del gobierno de Allende, al que, convenientemente desinformados, los ciudadanos culparían de los problemas del país.
 En efecto, cuando el golpe de estado triunfó, el bloqueo y los boicots de EEUU también lo hicieron, con lo que la economía, claro, se recuperó. Para el pueblo Augusto Pinochet había puesto en orden la situación. Instaurando el toque de queda, matando a unos cientos de miles de personas y otras lindezas, pero eso son menudencias.
 Dado que existe documentación al respecto públicamente accesible, invito al amable (ojalá) lector a que compruebe estos datos por sí mismo. No albergue nadie muchas esperanzas de que la televisión le cuente esto, desde luego.

 Muchos chilenos aún viven sin saber lo que ocurrió realmente en su país. A pesar del contacto directo. A pesar de haber conocido las cosas de primera mano.