martes, 14 de abril de 2009

Explicación para Torpes Escrita por un Torpe - Pesimismo y Optimismo

"Toda la historia del progreso humano se puede reducir a la lucha de la ciencia contra la superstición."
 [Gregorio Marañón - Médico y Escritor español (1887-1960)]


 Como soy torpe me veo a menudo obligado, a la hora de entender las cosas, a recurrir al clásico "despacito y buena letra". Pero no me preocupa especialmente, máxime desde que veo que el método acostumbra a llevarme a una comprensión más clara de las cosas que usar la actitud mental del televidente (a saber: esperar que el conocimiento llegue por osmosis).
 Es por ello que, con la esperanza de haber comprendido aceptablemente bien los conceptos de optimista y pesimista, y viendo la necesidad social de ello, me he propuesto redactar una explicación para torpes al respecto.
 Para empezar, optimista y pesimista, como conceptos contrarios que son, quedan cada uno explicado en función del otro. Así que debería bastarnos con explicar uno, por ejemplo el pesimismo, y darle la vuelta para entender el otro. Esta es la parte fácil de la explicación. A partir de ahora la cosa empieza a complicarse.
 De modo que vamos a recurrir a la técnica instructiva primigenia del que no sabe expresarse: enseñar mediante ejemplos. Por ejemplo, usted pudiera definirse a sí mismo como pesimista si dice o piensa:

- Ay, Dios mío, que seguro que voy por la calle y me cae una maceta en la cabeza.
- Ay, Dios mío, que en cuanto lave el coche se pone a llover, lo estoy viendo.
- Ay, Dios mío, que seguro que me baño en la playa y se me mastica un tiburón.
- Seguro que salgo a dar un paseo por la calle y se les escapa el búfalo loco a los del circo, que han venido a la ciudad. - el "Ay, Dios mío" lo he quitado porque ya cansa, pero se sobreentiende. Además, así el ejemplo es aplicable a los no creyentes.
- Lo estoy viendo, me voy a quedar en casa para estar a salvo y se me va a caer el techo encima.

 Supongo que hasta ahora está claro. Ahora, para obrar por eliminación, vamos a tratar de entender lo que no es ser pesimista. Por ejemplo, usted no puede ser definido como pesimista si dice:

- En vista de los análisis realizados, señor paciente, debo prevenirle de que o deja usted de fumar o se me va al otro barrio.
- El trastorno climático - algunos, vaya usted a saber porqué, lo llaman cambio climático - motivado por el calentamiento global va a causar la pronta muerte de un porcentaje considerablemente elevado de la población mundial, así como sequías y escasez de alimentos en un plazo de unos pocos años o a lo sumo lustros.
- Cuando sea usted ancianito no va a haber pensiones, así que va pasarlas usted canutas.
- La contaminación radioactiva en el planeta tierra es tan elevada que la supervivencia de la vida humana a largo plazo es ya virtualmente imposible.
- El ser humano no puede llegar a Marte, sencillamente las cuentas no salen y hay complicaciones técnicas que lo impiden, al menos en los plazos que declaró hace algunos años el Tejano Analfabeto - premio para quien adivine quién es el Tejano Analfabeto.
- La Sociedad General de Autores Españoles son unas sabandijas que viven del trabajo ajeno.
- La inmensa mayoría de la población humana del planeta tierra puede ser considerada esclava, a la vista de sus condiciones laborales, horarios, obligaciones, desigualdad en el reparto de riqueza y reducidos derechos. - y eso sin contar la vivienda.
- El riesgo de acidente nuclear final a día de hoy, contando con el número actual de centrales nucleares en activo en el planeta tierra, es de una probabilidad entre mil por año. Si construímos más, ya ni hablemos. - si no sabe usted lo que es "accidente nuclear final" ni sus consecuencias para la raza humana, créame, vive más tranquilo no sabiéndolo.

 En efecto, usted puede ser definido de errado (sin "h"), inacertado, equivocado, se le puede decir que sus conclusiones son incorrectas, que sus cálculos han olvidado u obviado variables que generan otros resultados, se le puede pedir las fuentes de datos a partir de los cuales llegó usted a esas conclusiones, se le pueden pedir explicaciones detalladas para tan sorprendente afirmación, se le puede decir que ha sacado de contexto los datos, que ha exagerado las conclusiones, o hasta que está usted chiflado. Y no le preocupe, amable (espero) lector que le digan algo (o todo, ya puestos) de esto, porque todo ello es verificable, comprobable, demostrable, calculable. Se puede comprobar mediante revisar sus datos o leer a los analistas al respecto; a los serios, preferiblemente que no estén pagados por los poderosos, como esos que redactan informes del valor nutricional (?) de la comida de McDonalds o los que hacen documentales por la tele contra la insalubridad de la Coca-Cola.
 En cambio lo que nunca se le puede llamar por hacer alguna de las últimas afirmaciones es pesimista. De modo que vayamos concretando: el pesimismo es un estado de ánimo que motiva una visión negativista respecto de la evolución futura de algún acontecimiento, todo ello sin base alguna en la existencia de datos que hagan prever tal nefasta evolución (¿yo dije que esto sería una explicación para torpes? ¿cuándo?).
 En otras palabras: ante una visión de futuro negativa debemos centrarnos en los datos de apoyo: si existen, se podrán rebatir o no, pero no hay pesimismo; si no los hay y el único origen de la cataclísmica visión está prácticamente en las emociones del que divulga el negativismo, entonces sí podemos estar hablando de pesimismo. Casi incluso diría que de superstición, pues nunca me quedó muy claro que fueran enteramente diferenciables.

 Concluyamos la exposición con los siguientes ejercicios prácticos:

* Deduzca el lector si en la siguiente afirmación cabe tachar de pesimista al profiriente:

- A la vista de la cada vez mayor dependencia de la sociedad humana, mayormente los países ricos, respecto del petróleo para plásticos, asfalto, pinturas, adhesivos, neumáticos, gomas, fertilizantes, pesticidas, medicamentos, fibras textiles, otros miles de productos y, sobre todo, energía, y dado que las reservas restantes de petróleo aprovechable en el planeta tierra están disminuyendo, podemos afirmar que dentro de pocos años se producirá un colapso en nuestras estructuras socioeconómicas que supondrá el fin del mundo tal como siempre lo hemos conocido, así como un probable reajuste de nuestras formas de vida enormemente brusco y trágico, lo que podría incluír la muerte de cientos de millones de habitantes del planeta al no haber ya estructura que los mantenga.

* Ejercicio Avanzado: Deduzca el lector si en la siguiente afirmación, respuesta frecuente a la del ejercicio anterior, el declarante basa sus conclusiones en datos y argumentos racionales o en creencias comunmente difundidas en la sociedad pero sin fundamento alguno, esto es, en supersticiones:

- Tú tranquilo, hombre.Ya inventarán algo. Todo se arreglará.