sábado, 25 de abril de 2009

Perdónanos Nuestras Déudas

 En mi época aprendí (qué remedio, cualquiera decía que no) a rezar el Padre Nuestro ese, uno de los cánticos, mantras, oraciones o como proceda llamarlo, de la Iglesia Católica de Roma, la del Vaticano, la de siempre. Había una parte que decía:

Perdónanos nuestras deudas
así como nosotros perdonamos a nuestros deudores


 Desde el Vaticano decidieron, en años recientes, y me figuro que con la hilarante excusa de ponerse al día (?) cambiar esa parte por:

Perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden


 En principio uno, acostumbrado a que el Papa de Roma prohíba leer el horóscopo, disfrutar del erotismo, le condene al infierno (léase fuego) eterno después de muerto por no congregarse todas las semanas de todos los meses de todos los años de su vida a oír (que no escuchar) y ver los ritos de su Iglesia, y otras memeces varias, pues como que todo esto le trae mayormente sin cuidado. Que cambien lo que quieran. Tendría el día tonto Su Santidad, o yo qué sé.
 Pero las cosas de los poderosos, y esta Iglesia en concreto pertenece a ese grupo en puesto de honor, no suelen ser tan simples. Lo dijo mejor que yo (toma, claro) el lingüista Noam Chomsky:

"La clase especializada [está] formada por un porcentaje pequeño de la población total. [En este] grupo selecto [...] se habla primordialmente acerca de qué hacer con aquellos otros, quienes, fuera del grupo pequeño y siendo la mayoría de la población, constituyen [...] el rebaño desconcertado."

 En román paladino: algo tramarán.
 Si analizamos el tema de las deudas, la más gorda a la que se me ocurre que nos podemos ir es la llamada Deuda Externa del Tercer Mundo. Ya lo habrán oído alguna vez, aquello de las solicitudes de los movimientos sociales para la cancelación de esta deuda que los países pobres tienen con los ricos. Y razón tienen con pedirlo, porque es que, agárrense que vienen curvas, las condiciones de acuerdo para estas deudas fueron tan leoninas que, si bien esto cambia de un país al otro, la última vez que me informé del tema estos países habían pagado su deuda 7 veces y les quedaba por pagarla 4 veces más. Toma ya. Y nosotros (aunque suene a lo de mal de muchos consuelo de tontos) quejándonos de nuestras hipotecas.
 Así que los países del tercer mundo tienen una deuda que les ahoga (¿Dios aprieta...?) y en todos los rituales Católicos se oye lo del "perdónanos nuestras deudas". Vaya engorro. Alguno del gallinero podría ponerse a pensar que las enseñanzas de JesuCristo dejaron clarísimo lo de "No acaparéis riqueza", "Ricos No", "Ricos Go Home" y tal, mientras que el Papa y el Clero en general se llevan a partir un piñón con los países ricos, los que estrujan a los países pobres. Pues nada, nada, a cambiarlo por algo menos farragoso.

 Y es que estas cosas no pasaban cuando la misa era en latín.
 ¿Por qué será que se rumorea ahora que quieren volver a usar la lengua de los romanos para las misas?