domingo, 27 de septiembre de 2009

Pues Apueste Hombre

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"Cuando se apuesta, a la larga siempre se pierde."
[Star Wars - La Amenaza Fantasma]



Me encuentro a mi buen amigo Gumersindo Amador:

- Voy a echar una quiniela. - me dice.
- ¿Una quiniela? No puedo creerlo de tí. - le respondo. Gumersindo y yo nos conocemos desde niños, y ni él ni yo hemos caído nunca en la trampa boba de las apuestas en los juegos de azar.
- Bueno, es que la echamos entre varios amigos. Tocamos a pagar poco. Y, mira, nunca se sabe: como están los tiempos, lo mismo le toca a uno algo y tiene un aliviadero económico.

Constituye para mí toda una sorpresa ver caer en esto a Gumersindo. No debería necesitar que le repitiera que los juegos de apuestas se basan en que muchos pierden un poco, y unos pocos ganan mucho. Así que, a la larga, el que ha apostado mucho habrá perdido mucho.
Pero, por lo visto, todas esas inferencias lógicas no sirven de mucho. No contra el poder supremo, es decir: se lo ha dicho la tele. Y si la tele dice que se apueste, pues se apuesta, faltaría más.

En efecto, voy comprobando ultimamente que, si bien de siempre la mayoría de gobiernos fomenta los juegos de azar con apuestas, ahora la cosa está yendo a más. Recientemente oí por la radio (Radio Nacional de España, para más inri) un reportaje sobre los campeonatos de póquer (apostando un potosí, claro). Y, fíjense ustedes, más que en plan ludopatía insana, la cosa era descrita como "auténtica profesión", "cuantiosos premios", entrevista a un "profesional" del tema que lleva años dedicándose a eso (el caso que yo escuché era alguien con carrera universitaria y master en EEUU, nada menos, o sea, que de borracho fracasado nada)... vamos, que la radio promulgaba lo que podría llamarse un "Adelante, pasen y jueguen".

¿Y por qué los poderosos del mundo fomentan eso de los juegos de azar con apuestas?
La explicación es muy simple: en primer lugar, ganan (nos quitan) riqueza, dado que tales juegos los suelen organizar ellos, y en segundo lugar nos sirve de placebo ante la esperanza de poder salir de la miseria de golpe y porrazo.

¿Organizarse para cambiar las cosas y repartir la riqueza, de modo que nadie pase miserias? No, hombre, no, eso es muy trabajoso. Váyase mejor a apostar.



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